lunes, 27 de abril de 2009

Pan


Fresas II



ESOS ÁRBOLES DESNUDOS
Qué perverso es el invierno con los árboles desnudos y ateridos, agraviados por la exaltación de los vendavales; forzados a contorsionarse, extravagantes, entre los aplausos infatuados de la lluvia, con faroles de inoportunos ademanes que los celan en las umbrosas avenidas y silencios quebrajados por el llanto de los seres traicionados.
Qué severo es el invierno con los árboles desvestidos por las tormentas y los céfiros; plañideros desde las cepas y los brazos desarticulados de sus cuerpos, suplicantes tras la postrimera furia, como manos con lágrimas entre los dedos brotando de la tierra.

Pastel 4698@09



PASAJERO
Subes al impertérrito ferrocarril de la vida y en cada estación te bajas para dialogar con el hastío y en cada túnel de la noche sueñas de prisa porque —aún en la oscuridad— flotan pensamientos.
Al principio, cuando querías devorarte el mundo en un instante no cerrabas los ojos en los túneles. No lo hacías, por ese afán que abrigabas de ser pasajero de todos los ferrocarriles del universo.
Y descendías para conversar con el guardavías de tu destino. Mas, luego corrías presuroso hasta el andén.
Es que odiabas quedarte solo en la distancia, mientras el tren de la vida iba en busca de nuevas estaciones.

Platanos



LOS DOS
A veces te quiero tantoque te llamo sin hablartecon ese silencio impenetrable,el más ignominiosode los silencios.
A veces tú no me quieres tantoque me llamas impacientecon aquel grito terrible,el más fuerte de los silencios.
Y todas las paradojasdel mundo respetan la nuestra.Y los dos seguimosguardando silencio.Y tú y yo nos queremos tanto.
Antonio Álvarez Bürger

Bodegón 83758@09



POESÍA AMARGA
La tarde, espantosamente fría,y se me viene este atragantamientode impresiones y de burdas sospechas.Heme aquí aherrojando en pedazosla poesía amargaencerrado en el estupor impúdico,sórdido,porque me llega todo de golpecomo embestidas a mansalvade risa y de llanto.En el centro de mi bocael pan agrio de la mañana traicionera,y enfrente de mis ojos la imagen perpetua del Dios tuyo y del mío.La noche espantosamente fría,y se me viene este irrefragable deseode soñar con otro día.
Antonio Álvarez Bürger

Inmenso II



LOS DOS
A veces te quiero tantoque te llamo sin hablartecon ese silencio impenetrable,el más ignominiosode los silencios.
A veces tú no me quieres tantoque me llamas impacientecon aquel grito terrible,el más fuerte de los silencios.
Y todas las paradojasdel mundo respetan la nuestra.Y los dos seguimosguardando silencio.Y tú y yo nos queremos tanto.
Antonio Álvarez Bürger

Dune 437@09


Cuando yo so delante aquella donna, a cuyo mando me sojuzgó Amor, cuido ser uno de los que en Tabor vieron la grand claror que se razona,
o aquella sea fija de Latona, segúnd su aspecto e grande resplandor: así que punto yo non he vigor de mirar fijo su deal persona.
El su grato favor dulce, amoroso, es una maravilla çiertamente, en modo nuevo de humanidad:
el andar suyo es con tal reposo, honesto e manso, e su continente, que libre, vivo en cautividad.
Marqués de Santillana

Bodegón 83475@9



CANCIÓN
Recuérdate de mi vida, pues que viste mi partir e despedida ser tan triste.
[I]
Recuérdate que padesco e padesçí las penas que non meresco, desque vi la respuesta non devida que me diste; por lo qual mi despedida fue tan triste.

Dune 473@09


PÁMPANO VERDE
Pámpano verde, racimo albar; ¿Quién vido dueñas a tal hora andar? Encinueco entre ellas, entre las doncellas.
Francisco de la Torre. Siglo XV

Inmenso



DIME, TRISTE CORAZÓN
Dime, triste corazón, ¿Por qué callas tu passión?
Cativo no sé qué diga A quien sirvo es mi enemiga.
Plázeme con mi fatiga, Desespero galardón.
Francisco de la Torre. Siglo XV

Bodegón 4363@09



DIME, TRISTE CORAZÓN
Dime, triste corazón, ¿Por qué callas tu passión?
Cativo no sé qué diga A quien sirvo es mi enemiga.
Plázeme con mi fatiga, Desespero galardón.
Francisco de la Torre. Siglo XV

martes, 14 de abril de 2009

Atlantic Ocean 349456@09


MIRADAS
Ojos de puente los míos por donde pasan las aguas que van a dar al olvido. Sobre mi frente de acero mirando por las barandas caminan mis pensamientos.
Mi nuca negra es el mar, donde se pierden los ríos, y mis sueños son las nubes por y para las que vivo.
Ojos de puente los míos por donde pasan las aguas que van a dar al olvido.

Manuel Altolaguirre

Atlantic Ocean 8684@09



Era mi dolor tan alto, que la puerta de la casa de donde salí llorando me llegaba a la cintura.
¡Qué pequeños resultaban los hombres que iban conmigo! Crecí como una alta llama de tela blanca y cabellos.
Si derribaran mi frente los toros bravos saldrían, luto en desorden, dementes, contra los cuerpos humanos.
Era mi dolor tan alto, que miraba al otro mundo por encima del ocaso.

Manuel Altolaguirre, 1930-1931

Atlantic Ocean 5678@09



BESO
¡Qué sola estabas por dentro!
Cuando me asomé a tus labios un rojo túnel de sangre, oscuro y triste, se hundía hasta el final de tu alma.
Cuando penetró mi beso, su calor y su luz daban temblores y sobresaltos a tu carne sorprendida.
Desde entonces los caminos que conducen a tu alma no quieres que estén desiertos.
¡Cuántas flechas, peces, pájaros, cuántas caricias y besos!

Manuel Altolaguirre

Atlantic Ocean 945@09



TUS PALABRAS
Apoyada en mi hombro eres mi ala derecha. Como si desplegaras tus suaves plumas negras, tus palabras a un cielo blanquísimo me elevan.
Exaltación. Silencio. Sentado estoy a mi mesa, sangrándome la espalda, doliéndome tu ausencia.

Manuel Altolaguirre

martes, 7 de abril de 2009

Chefaouen 4@09


INVITACIÓN AL AIRE
Te invito, sombra, al aire. Sombra de veinte siglos, a la verdad del aire, del aire, aire, aire. Sombra que nunca sales de tu cueva, y al mundo no devolviste el silbo que al nacer te dio el aire, del aire, aire, aire. Sombra sin luz, minera por las profundidades de veinte tumbas, veinte siglos huecos sin aire, del aire, aire, aire. ¡Sombra, a los picos, sombra, de la verdad del aire, del aire, aire, aire!

Rafael Alberti

Chefaouen 0345@09



EL ÁNGEL AVARO
Gentes de las esquinas de pueblos y naciones que no están en el mapa comentaban. —Ese hombre está muerto y no lo sabe. Quiere asaltar la banca, robar nubes, estrellas, cometas de oro, comprar lo más difícil: el cielo: Y ese hombre está muerto. Temblores subterráneos le sacuden la frente. Tumbos de tierra desprendida, ecos desvariados, sones confusos de piquetas y azadas, los oídos. Los ojos, luces de acetileno, húmedas, áureas galerías. El corazón, explosiones de piedras, júbilos, dinamita. Sueña con las minas.

Rafael Alberti

Chefaouen 8673@09


EL NIÑO DE LA PALMA (CHUFLILLAS)
¡Qué revuelo!
¡Aire, que al toro torillo le pica el pájaro pillo que no pone el pie en el suelo!
¡Qué revuelo!
Ángeles con cascabeles arman la marimorena, plumas nevando en la arena rubí de los redondeles. La Virgen de los caireles baja una palma del cielo.
¡Qué revuelo!
—Vengas o no en busca mía, torillo mala persona, dos cirios y una corona tendrás en la enfermería.
¡Qué alegría! ¡Cógeme, torillo fiero! ¡Qué salero!

Chefaouen 855@09



CON ÉL
Zarparé, al alba, del Puerto, hacia Palos de Moguer, sobre una barca sin remos. De noche, solo, ¡a la mar! y con el viento y contigo! Con tu barba negra tú, yo barbilampiño.

Rafael Alberti, 1924

Chefaouen 8573@09



CANCIÓN 8
Hoy las nubes me trajeron, volando, el mapa de España. ¡Qué pequeño sobre el río, y qué grande sobre el pasto la sombra que proyectaba!
Se le llenó de caballos la sombra que proyectaba. Yo, a caballo, por su sombra busqué mi pueblo y mi casa.
Entré en el patio que un día fuera una fuente con agua. Aunque no estaba la fuente, la fuente siempre sonaba. Y el agua que no corría volvió para darme agua.

Rafael Alberti

Atlantic Ocean 4876@09



EL FAROLERO Y SU NOVIA
—Bien puedes amarme aquí, que la luna yo encendí, tú, por ti, sí, tú, por ti. —Sí, por mí. —Bien puedes besarme aquí, faro, farol farolera, la más álgida que vi. —Bueno, sí. —Bien puedes matarme aquí, gélida novia lunera del faro farolerí. —Ten. ¿Te di?

Rafael Alberti

Chefaouen 547@09



ALGUIEN
Alguien barre y canta y barre (zuecos en la madrugada). Alguien dispara las puertas. ¡Qué miedo, madre! (¡Ay, los que en andas del viento, en un velero a estas horas vayan arando los mares!) Alguien barre y canta y barre. Algún caballo, alejándose, imprime su pie en el eco de la calle. ¡Qué miedo, madre! ¡Si alguien llamara a la puerta! ¡Si se apareciera padre con su túnica talar chorreando!... ¡Qué horror, madre! Alguien barre y canta y barre.

Rafael Alberti

Bienvenidos

Gracias por entrar a mi blog. En esta página veréis momento personales de mi vida,aderezados con mis fotos,unas malas y otras no tanto. Me encantaría que las comentárais. Espero que os guste.