POEMAS EXTRANJEROS
Amanecer en Palermo.
-I-
A bordo del Spartiventi (Un como moderno Eolo) mirabas, extático, las luces que, cada vez más, entregaban sus vidas. ¡Quién lo pensara durante otros instantes! Eran las de Nápoles, La ciudad cargada de sinuosas Leyendas musicales: —Torna a Sorrento, —¡O! sole mio, —Tu sei l’impero dell’armonia, —Santa Lucia, ¡O! dolce Napoli, ¿Quién lo pensara durante otros instantes?
-II-