A JULIO CÉSAR
Del gran Pompeyo el enemigo fuerte llega en oscura noche al pobre techo, do Amiclas con seguro y libre pecho ni teme daño ni recela muerte.
Ya que llamar segunda vez advierte, rogado deja el mal compuesto lecho, y en frágil barca el peligroso estrecho rompe, presagio de siniestra suerte.
Brama furioso el mar sintiendo el peso que sostiene, y al tímido piloto César anima, y dice: «Rema amigo,
»Rema; no temas infeliz suceso por más que te contrasten Euro y Noto; la fortuna de César va contigo».
Juan de Arquijo
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