A CURCIO
La horrible sima con espanto miraen su gran plaza Roma, y el dudosoportento, grave al pueblo victorïoso,no enseñado a temer, suspenso admira.En tanta confusión turbado aspiraa buscar el remedio, y presurosoconsulta si de Jove poderosose pudiese aplacar la justa ira.Asegura el oráculo invocadoal pueblo de temor si a la gran cuevalo más ilustre ofrece de su gloria.Curcio, de acero y de valor armado,se arroja dentro, y deja con tal pruebalibre su patria, eterna su memoria.
Juan de Arquijo
No hay comentarios:
Publicar un comentario