Desde hace días han desaparecidolas africanas que vendían maíz cocidoen el mercado de la rue Dejean.Extrema quietud la de los niños negrosfajados a la espalda de ellascon la ventrera, un arco iris pobre.Y ya que estamos hablando de colores:el interior de este silencio es rojocomo un corazón arado.
Jorge Riechmann
Jorge Riechmann
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