HOMBRE
Agotado en el cruce del camino. Sin vigor que anteponer, sin deseos de regresar exhausto divisaba tres cruces a las que quiso estar uncido. Dimas, Gestas y Melek-Yahud Con Él se fueron al polvo, a colorear al pálido barro, como estela incombustible en las cenizas tibias del Eclesiastés. El apóstol Pedro silenciaba los escritos de Magdalena. Palabras quemadas en sus labios petrificados que desconocen temblor alguno. “Sólo a mí me besaba en la boca a mí me llamaba amada por Dios.”
Anfisa Osinnik
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