lunes, 30 de marzo de 2009

Atlantic Ocean 8467@09


PÓSTUMO
De todos mis amigosyo tuve la muerte más extraña:
con el alma dislocadafui silencio por la página.

Santiago Montobbio

Atlantic Ocean 8347@09



EL TEÓLOGO DISIDENTE
No existe la muerte, no ha existido nunca. Aunque bajo su amenaza haya vivido el hombre, en su mentira, no existe la muerte, no existe, y si adivináis tras la luna el exacto rostro de la ausencia, si con olvido miráis la pupila oscura de la espera entenderéis que no existe, que de verdad no existe y que cómo iba a existir ella y qué nombre hubiéramos podido darle entonces a esta tierra.

Santiago Montobbio

Camel 3467@09


LA INDUSTRIA DEL CORAZÓN
¿Un hombre decente qué legiónde exilios no puede llegara ser capaz de padecersin salir jamás de casa?

Santiago Montobbio

Atlantic Ocean 8475@09



ET LABORA
Guardar memoria de lo que para otra personanunca fue recuerdo, creer haber hundido un rostroy al volver de una mañana darse cuentade que sigue inundando nuestro adentro;aventurarse ingenuo en las piruetaspor fingir que puede desterrarsela espantosa verdad de los sonidosu otra vez descubrir, en el envés del tiempo,que todo lo que pude ser tan sólo eraser contigo: estos sonlos trabajos del amor, aquel extraño marque vivir nos fue haciendo lejanísimo.

Santiago Montobbio

Escena



ESCENA
Nosotros esperábamos jinetes, jinetes no sabíamos de quién, jinetes quizá de nadie. Alguien tenía que enviar jinetes, eso nos dijeron, por eso los esperábamos. En calmar llagas con vendas de silencio matábamos el tiempo. Así esperábamos jinetes. Pero ya no esperamos. Porque en esto se nos fue la vida, pueden reírse, en esta escena. Todo era un engaño.

Santiago Montobbio

Bodegón de pescado 4634@09



EL MENDIGO
Al pie de una cuesta olvidada o llovida,al pie de una ajena infancia acaso, detrás de la tierray muchísimos años después de que tuviera nombre todoolvidado o llovido sólo pide en su entierro el mendigo que en monedas le sean dadas las limosnas, pocas o muchas.En monedas. De cobre o de espanto y, a veces, con el sonidode los abrazos perdidos, en monedas siempre, en monedas raídas.
Pues si alguien se olvidó de los relojesy otra noche aquí aún llegase las pondrá en los ojos, para no ver,una por una. Para no ver —noche vacía—, para no ver o para recordar saberse tan muerto como su sonido.

Santiago Montobbio

Camel 348975@09



VUELTA
Crepusculaba amenazas y con fingidos jazmines carne daba a miserias o batallas por conseguir ponerse nombre a través de papeles o misterios sepultados: cinturas con livianas mordeduras de hambre, martillos, rojos, clavados adioses y ojos con demasiadas tortugas como para ser fotografiados: crepusculaba, del cielo precisamente huérfano nostalgias de sí o de nada crepusculaba.

Santiago Montobbio

Atlantic Ocean 83457@09



VUELTA
Crepusculaba amenazas y con fingidos jazmines carne daba a miserias o batallas por conseguir ponerse nombre a través de papeles o misterios sepultados: cinturas con livianas mordeduras de hambre, martillos, rojos, clavados adioses y ojos con demasiadas tortugas como para ser fotografiados: crepusculaba, del cielo precisamente huérfano nostalgias de sí o de nada crepusculaba.

Santiago Montobbio

Atlantic Ocean 8457@09



VUELTA
Crepusculaba amenazas y con fingidos jazmines carne daba a miserias o batallas por conseguir ponerse nombre a través de papeles o misterios sepultados: cinturas con livianas mordeduras de hambre, martillos, rojos, clavados adioses y ojos con demasiadas tortugas como para ser fotografiados: crepusculaba, del cielo precisamente huérfano nostalgias de sí o de nada crepusculaba.

Santiago Montobbio

Maroc 457@09



CONFESIÓN ÚLTIMA
De entre la mentiras una de las que prefieroes la luna. Antigua o perdida, ni los locosla creen, y con sus torpes palabras puedenfabricársele torpes vestiduras. Porqueel poeta —gata falsa— a veces no estápara cielos o pájaros es por los que os hagouna confesión última. De la nocheno hablo. Porque sin engaño o niñocómo osar decirteque la noche es mentira.

Santiago Montobbio

Atlantic Ocean 83457@09


¿FÁBULA Y SIGNO?
Como jamás habíamos pensado que Dios podía ser tan pequeñocomo para dudar de su propia existencianos sorprendió encontrarlo con los dientes desnudosen las orillas del frío.
Dichosos por saber que lo teníamos dentro,lo tendimos al sol, como si fuera una fiesta.

Santiago Montobbio

Mujer árabe


COLLAGE
Ligeras cruzan las edades, hay quien las cuenta en días,y a través de su lluvia y su cenizacada vez más difícil resulta el resistirseal perezoso vivir animal de la costumbre.No sé por qué los versos que ahora escriboparecen versos clásicos, y total para decirque si después de tanto tiempo aún hoyaprieto tu recuerdo entiendo queestoy condenadoa naufragar todos los díascon la vejez que da el saberque aunque me he equivocado en todoesto es algo que especialmente he hechoen lo que más quería.

Santiago Montobbio

Atlantic Ocean 387@09



BIS
Es la historia de siempre y también en la que hay más enredaderas: una vez nos dieron la tierra, pero como nos dio la sensación de que no era sino otra forma de engañarnos y hacernos perder el tiempo entretejiendo la ilusión de que algún día íbamos a poder hacer algo con ella dejamos que se nos muriera. Sin llegar siquiera a ser un inútil consuelo nos queda la literatura como forma de tomarle el pulso a las miserias.

Santiago Montobbio

Camel 34968@09



Historia verdadera
Bajé del sueño, del sol y el miedo.Bajé y seguí bajando. No había nada.Deseé volver. Pero en el descensohabía olvidado cómo a la infanciadel primer verso trepar de nuevo.Y así (niños y niñas) me quedé solo,de ninguna parte rey y en mi nochepor nadie abandonado. Y esta solahistoria verdadera es el poeta.

Santiago Montobbio

Campesinas 9458@09



EL MENDIGO
Al pie de una cuesta olvidada o llovida,al pie de una ajena infancia acaso, detrás de la tierray muchísimos años después de que tuviera nombre todoolvidado o llovido sólo pide en su entierro el mendigo que en monedas le sean dadas las limosnas, pocas o muchas.En monedas. De cobre o de espanto y, a veces, con el sonidode los abrazos perdidos, en monedas siempre, en monedas raídas.
Pues si alguien se olvidó de los relojesy otra noche aquí aún llegase las pondrá en los ojos, para no ver,una por una. Para no ver —noche vacía—, para no ver o para recordar saberse tan muerto como su sonido.

Santiago Montobbio

sábado, 21 de marzo de 2009

Decir adios !!!!


Es duro decir adiós...Contemplar la manoque, cada vez más lejana,mece el aire en la distancia. Todo un ayer se marchaen el espacio breve de un segundo,y deja viva una chispaque arde por siempre en la memoria.
Boadilla, 23 de diciembre de 2003En honor de unas Navidades inolvidables...
Bernardo Bersabé

Bienvenidos

Gracias por entrar a mi blog. En esta página veréis momento personales de mi vida,aderezados con mis fotos,unas malas y otras no tanto. Me encantaría que las comentárais. Espero que os guste.