
De cera son las alas cuyo vuelogobierna incautamente el albedrío,y llevadas del propio desvaríocon vana presunción suben al cielo.No tiene ya el castigo, ni el recelofuera eficaz, ni sé de qué me fío,si prometido tiene el hado míohombre a la mar como escarmiento al suelo.Mas si a la pena, amor, el gusto igualas,con aquel nunca visto atrevimientoque basta a acreditar lo más perdido,derrita el sol las atrevidas alas,que no podrá quitar el pensamientola gloria, con caer, de haber subido.
Juan de Tassis y PeraltaConde de Villamediana
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